El aquaplaning es uno de los fenómenos más peligrosos que puedes experimentar al volante y que suele darse sobre todo en épocas de lluvias copiosas como el otoño y el invierno.
Consiste, básicamente, en la pérdida de adherencia de las ruedas del coche a la carretera como consecuencia de una cantidad excesiva de agua sobre la calzada. Cuando esto sucede, en los días de lluvia intensa, el conductor pierde el control sobre su vehículo y, a gran velocidad, las consecuencias podrían ser fatales.
Por ello, es importante conocer por qué ocurre este fenómeno, qué precauciones podemos tomar para reducir sus riesgos e incluso cómo debemos actuar en caso de sufrirlo. ¡Te lo contamos!
¿Qué es el aquaplaning?
El aquaplaning, también conocido como acuaplaneo, ocurre cuando, tras un episodio de fuertes lluvias, se forma una capa de agua entre las ruedas del vehículo y la superficie de la carretera.
De esa forma, las ruedas son incapaces de evacuar dicha agua y, por ello, no se agarran a la carretera y se produce una pérdida de tracción. Al ocurrir esto, el conductor tendrá la sensación de que el eje delantero flota, perderá el control del vehículo y no podrá maniobrar, frenar ni acelerar.
Los dos factores específicos a los que se debe este efecto son:
- El grosor de la capa de agua: a más grosor, más agua y más probabilidad de pérdida de control.
- La velocidad de circulación: cuanto más rápido se circule en día lluviosos más peligro de aquaplaning habrá.
¿Cómo actuar ante el efecto aquaplaning?
Si has tenido la mala suerte de que tu vehículo sufre este fenómeno lo primero que debes hacer es mantener la calma, levantar suavemente el pie del acelerador y sujetar fuertemente el volante.
Evita accionar los frenos o girar el volante bruscamente porque podría producirse un accidente importante. Es mejor que la propia agua reduzca la velocidad del vehículo a provocar inercias que acentúen su descontrol.
Si debes hacer frente a esta situación en una recta sujeta fuerte el volante y no hagas ninguna maniobra cambiando la dirección. Si esto te ocurre en una curva lo que debes hacer es girar el volante lo justo para trazar la curva por la que circulas.
Conforme disminuya la velocidad, el vehículo atravesará la balsa de agua y notaremos que las ruedas van recuperando la tracción y el control del vehículo.
¿Cómo evitar o prevenir el efecto aquaplaning?
Vigila tu velocidad
Cuando notes acumulaciones de agua en la carretera, reduce tu velocidad. Cuanto más rápido circulas, más importante es la cantidad de agua que tienen que evacuar tus neumáticos. Por ello, a mayor velocidad, mayor riesgo de aquaplaning.
Revisa el estado de tus neumáticos
Cuanto más gastados estén tus neumáticos, más alto será el riesgo de aquaplaning. El dibujo de la cubierta sirve, entre otras funciones, para expulsar el agua a nuestro paso. Por tanto, los neumáticos con una banda de rodamiento gastados, evacúan el agua mucho peor y el riesgo de sufrir este efecto es mayor.
La profundidad mínima de la banda de rodadura de un neumático es de 1.6mm, pero no es recomendable llegar a este nivel, sobre todo si circula por carreteras mojadas.
Comprueba la presión de tus neumáticos
Una presión por debajo de la recomendada, también contribuye a que se produzca el aquaplaning. Por eso es recomendable que, al menos una vez al mes, compruebes la presión de tus neumáticos en frío.
Conduce de manera suave
En los días de lluvia es especialmente importante evitar las aceleraciones, las frenadas y los giros bruscos que agravarían la pérdida de tracción y que podrían provocar el efecto aquaplaning. Además, no olvides tener en cuenta estos consejos para conducir con lluvia.
Ahora que ya sabes qué es el aquaplaning y cómo se puede evitar podrás reducir las posibilidades de sufrirlo y salir airoso de la situación.